La presente obra, situada en el exterior de una vivienda particular, ha querido dotar de un espacio de acera a una de sus puertas de acceso, situada a poniente del edificio. Por el aspecto y acabado, así como por el entorno donde se iva a realizar, se optó por el nuevo pavimento Signinum.
Se trataba de un espacio alargado, de unos 10 metros de largo por 1m de ancho, situado en el exterior y directamente sobre el suelo. A pesar de ser una pequeña obra y con una finalidad meramente funcional, se quiso realzarla con la incorporación de varios elementos ornamentales, para darle más personalidad.
Primero fue necesario rebajar unos centímetros la zona elegida para el pavimento, y extender allí un lecho de gravas, que funcionaría a la vez como capa de preparación y de aislamiento. Como remate exterior, se colocó una hilada de ladrillos cortados a la medida conveniente y colocados a sardinel.
A continuación se realizó la decoración central, por la cual nos basamos directamente en la antigüedad greco-romana. Así, en la zona de la puerta de entrada, se realizó un auténtico pavimento de opus signinum con teselas de mármol.
Acto seguido se pasó al tendido de la argamasa propia del pavimento Signinum, la mezcla de cal y cerámica triturada, ocupando toda la superficie de la acera, y rellenando todos los espacios que dejaba el propio mosaico. Finalmente, y también como decoración, se insertó en el resto de pavimento varios teselones de mármol y cerámica.
Después de un tiempo prudencial de curado se procedió al acabado final, mediante el desbaste y pulido de la capa superficial más externa, dejando aflorar toda la calidad ornamental del pavimento: la coloración y granulometría del propio pavimento por un lado, y por otro todos los elementos ornamentales realizados e insertados previamente.
El resultado final: un pavimento con personalidad, elegancia, y sobriedad al mismo tiempo.